“El hombre contemporáneo
escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan o si
escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio. Será sobre todo mediante
su conducta, mediante su vida, como la Iglesia evangelizará al mundo, es decir,
mediante un testimonio vivido de fidelidad a Jesucristo, de pobreza y desapego
de los bienes materiales, de libertad frente a los poderes del mundo, en una
palabra de santidad”.
Pablo VI, Evangelii
Nuntiandi nº 41